SALIDA DE CAMPO


El profesor Cobos asignó este trabajo desde las primeras semanas de clase, hizo especial énfasis en que realizáramos la salida de campo a un lugar que nos sacara de nuestra zona de confort, que nunca antes hubiéramos visitado y que nos llamara la atención. Durante las semanas siguientes me encontraba en un dilema para encontrar mi lugar ideal para visitar, pensé en ir al todos los cementerio, a la carcel e  incluso ir a  un hospital psiquiátrico, pero ninguno de estos lugares logró llenar realmente mis espectaivas. Sin embargo, un día mi novia Sara Hernandez me comentó acerca de una fundación llamada “Niños por un nuevo planeta”, lo cual captó totalmente mi atención y consideré que este lugar seria exclente y maravilloso para llevar a cabo mi trabajo de campo.

Se acercaba el dia de ir a visitar la fundacion y me percaté de que mi conocimiento frente a este sitio era escaso, así que decidí realizar una investigación previa a la salida para estar informado acerca no solo del lugar, sino de todos esos pequeños niños que vivían allí y estaba pronto a conocer. A lo largo de mi busqueda, logré descubrir que la fundación “Niños por un nuevo planeta” la cual fue fundada en el año 2000 es una asociaión sin ánimos de lucro que busca brindar bienestar y atención integral a todos aquellos niños y niñas que han sido víctimas del maltrato y abuso sexual. Por medio del correcto acompañamiento, seguimiento, amor  y formación se busca que cada uno de estos niños logre convertirse en un gran ser humano lleno de felicidad, cualidades, proyecciones y con toda la capacidad de enfrentar las diversas probelmáticas que hallamos en nuestra sociedad.

Cuando llegó el momento de ir a la fundacion, alisté en una maleta todo lo necesario para asistir a este lugar y salí de mi casa con toda la disposición de llenar de alegría el día de cada uno de esos niños que iba a encontrar. Durante el recorrido hacia Sopó le consulté a mi novia que si quería acompañarme a lo largo de la jornada y con mucho gusto aceptó, así que me encontré con ella en centro chía y continuamos el trayecto hacia nuestro destino, el cual a partir de este punto, tardó aproximadamente 30 minutos.

Finalmente cuando llegamos a la fundación, me encontré con una soprendente bienvenida de la ditectora y fundadora del lugar; Paola Franceschi, quien nos informó acerca de las actividades a realizar a lo largo de la jornada y nos presentó a cada uno de los pequeños que se encontraban allí, quienes nos recibieron con una enorme sonrisa y algunos, con un gran abrazo que me llenaron el día de alegría, 

 A lo largo de la bienvendia, Paola nos dio un pequeño recorrido por el lugar, mientras nos contaba acerca de cómo era el día a día en la fundación tanto para los niños como para el perosnal, haciendo énfasis en las dificultades que han presentado a lo largo de los años. Mientras caminabamos por toda la fundación me percaté de que la mayoría de los niños estaban jugando y disfrutando del día soleado que tenían, sin embargo, noté que habían unos pocos que no compartían con los demás y preferían permanecer en un lugar más solitario. A partir de esto, me surgió la necesidad de pregunatrle a la directora la razón por la cual ocurrían ese tipo de situaciones, ella decidió responderme de una forma muy amable, comentandome que eran pequeñeos que tenían pocos días en la fundación y tenían aún muy presente los traumas por los que habían vivido.

Asimismo, finalizando la conversación con Paola, ella nos advirtió de forma indirecta que estuvieramos preparados para oir cualqueir tipo de probolema o situación por la cual hayan pasado los niños, puesto que algunos de ellos cuando sentían cercanía o confianza con alguien que los visitaba, solían habalar acerca de sus vidas y las experiencias que habían tenido. A partir de ese momento, abrí mi mente y me dispuse a tener la mejor actitud para poder compartir y disfrutar con cada uno de los niños que se ecnontraba en la fundación.

Mi novia y yo nos dirigimos al espacio de recreacion o la “playa” como era llamado por los pequeños de la fundación, en donde nos enocntramos con muchos niños que justo en ese momento sin haberlo buscado, comenzaron a acercarse y a preguntarnos acerca de quienes eramos y si queríamos jugar con ellos, así que de la froma más alegre y amable, aceptamos la invitación y comenzamos a compartir con ellos.

Inicialmente, le pregunté a cada niño su nombre, su edad y me presenté al igual que Sara,  de esta forma ya podímaos comenzar  a jugar fútbol, siendo yo el delantero de uno de los equipos me di cuenta de lo talentosos que eran y lo buenos que eran trabajando en grupo, incluso llegué a percatarme de la increible amistad y hermandad que había entre ellos, todos se cuidaban los unos a los otros y esto se evidenciaba en un siemple juego de fútbol. Tras pasar una hora y media de juego, decidimos tomar un descanso con los niños, en donde se les repartió a cada uno de ellos y a nosotros un pequeño refrigerio que nos permitió recuperar la energía perdida  y sobre todo, nos brindó un espacio para poder conversar un rato con ellos. Justo en ese momento noté que Sara ya estaba hablando con unas pequeñas niñas de 6 y 8 años llamadas Carolina y Tatiana que eran hermanas y le estaban enseñando todo lo que aprendían en la fundación, incluso estas pequeñas quisieron tomarse fotos con nosotros y nos comenzaron a dibujar en un papel de color rosa que habían sacado de un cuaderno.

Después de haber almorzado con estas niñas, a nuetsra conversación llegaron los temas acerca de la familia en donde ellas nos comentaron acerca de que vivían en el cartucho junto con su madre y allí fueorn acogidas por la fundación, en la cual llevaban dos años viviendo. Ellas no fueorn muy detallistas acerca de sus vidas y tampoco sentí la necesidad de preguntarles respecto al tema. Sin embargo, cuando nos encontrabamos nuevamente en la “playa” una niña de aproximadamente 14 años llamada Karen nos contó acerca de la vida de Carolina y Tatiana, fue una de las historias que más me dejó impactado y con mucha tristeza. Ella nos comentó que la madre de esas niñas prostituía a las pequeñas con el fin de obtener dinero para así poder adquirir drogas y stisfacer sus necesidades personales. Karen nos dijo que Tatiana quien era la amyor, había pasado por esa situación desde los cuatro años, mientras que Carolina había sufrido esto desde los tres años.

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